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El arte de tocar es instintivo. Nos tocamos poco y mal. Saber dar un masaje relajante es una manera de cuidar del otro. El masaje proporciona una sensación relajante y hace que se disipen las tensiones y preocupaciones y se duerme mucho mejor. Otra cosa: absolutamente nadie discute después de un masaje.
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Nuestro As en la manga es conseguir un plan B, otra mujer que esté preparada, que sea a ser posible más alcanzable y que podamos poner en práctica nuestros trucos como prueba una antes de agredir a nuestro verdadero objetivo, o bien por lo menos, que nos sirva de Follamiga. Que también es interesante.
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